El agotamiento social de las mujeres
En la familia, el acceso a los recursos y el reparto de los trabajos y los tiempos se dan en condiciones de desigualdad, generando conflicto, discriminación e incluso violencia.
Las mujeres y las niñas son las responsables culturales de los cuidados, empleando un número considerable de horas al día que limita su participación en otras actividades.
La feminización de la pobreza es un hecho probado estadísticamente. Sin embargo, la brecha entre mujeres y hombres no suele ser tan abultada como podría pensarse dadas las brechas de género en empleo, renta, patrimonio, acceso al crédito o en la familia. Primero, esto tiene que ver con la forma en la que se mide la pobreza donde la familia es una unidad ausente de conflicto y discriminaciones internas. Y segundo, con la aproximación a la pobreza como una cuestión monetaria, cuando tiene un carácter multidimensional. Ambas cuestiones responden a la limitada aplicación del enfoque de género en la construcción estadística y el análisis social y económico. Leer artículo completo en eldiario.es