Europarlamentaria desde julio de 2019 de la Delegación Socialista Española (PSOE) en la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D). Doctora por el Instituto Universitario Europeo en Florencia (IUE) . Catedrática de Historia e Instituciones Económicas del Departamento de Economía de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). Científica social y feminista, comprometida con la justicia social, la igualdad de género y el equilibrio territorial de Europa. Con el objetivo de hacer sostenible y resiliente tanto nuestras economías como nuestras democracias en un contexto geopolítico y económico en profunda transformación que requiere potenciar la autonomía estratégica abierta.

Mi labor en el Parlamento Europeo dentro del grupo de la Alianza progresista de socialistas y demócratas, se centra en trabajar por una Europa con mayor justicia social, igualdad y equilibrio territorial que garantice la continuidad del proyecto europeo en un contexto histórico cambiante respecto al orden internacional existente cuando se diseñaron las principales instituciones de la Unión Europea. Trabajo para conseguir la sostenibilidad de nuestras economías y democracias, así como la autonomía estratégica abierta y la resiliencia que necesitamos en un contexto geopolítico y económico de profundo cambio, que además se encuentra en medio de una emergencia climática y una revolución tecnológica digital que están modificando todos los aspectos de nuestras vidas.

Por unas transiciones justas y fundadas en el conocimiento

Como Vicepresidenta de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, miembro titular de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género y miembro suplente de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, trabajo en los aspectos sociales de las transiciones gemelas, verde y digital, con el objetivo de que sean transiciones justas. Y lo hago insistiendo en algo que puede parecer evidente pero que no siempre lo es, y es que la legislación y las políticas tienen efectos desiguales entre sectores, territorios, y grupos de personas, incluyendo las marcadas, complejas y estructurales desigualdades entre mujeres y hombres, como defiendo especialmente en el Informe sobre Pobreza de las Mujeres en Europa del que fui ponente.

Trabajo para que, a la par de las transiciones gemelas, tengamos en cuenta una tercera transición que es clave en la sociedad post-covid-19 y contexto demográfico de envejecimiento: la transición de los cuidados. Un Care Deal a modo de nuevo contrato social -feminista-, que nos encamine hacia una nueva organización social de los cuidados. De manera que éstos no recaigan de manera automática, no reconocida y no valorada en las mujeres.

Dedico gran parte de mi trabajo a conseguir que desde las instituciones europeas se haga una apuesta clara por una innovación basada en el conocimiento. Así como para que se realicen avances de calado en una gobernanza económica alejada de la lógica neoliberal. Su evolución no ha sido independiente del surgimiento de movimientos de extrema derecha que suponen una amenaza constante para nuestras democracias y que también son parte prioritaria de mi acción política, muy especialmente en el combate de su vertiente antigénero. Por eso formo parte de la red MEPs for Sexual and Reproductive Rights que tiene entre sus objetivos identificar y desmantelar las estrategias de la internacional de extrema derecha antigénero y antimujeres.

Anticipar y combatir

Establecer mecanismos compensatorios para personas, territorios o sectores a posteriori, una vez que sabemos los efectos de las políticas puestas en práctica, es necesario pero no suficiente. Tenemos que anticipar y combatir desde el inicio estos potenciales efectos, y hacer posible una distribución más equitativa de los costes y beneficios. Tanto en las etapas de crecimiento como en las de crisis.

Instar a la Comisión Europea y al Consejo a tener en cuenta estas potenciales desigualdades ex ante es una de mis principales contribuciones. He sido ponente en dos informes del semestre europeo que coordina anualmente las políticas económicas y sociales de los estados miembros: informe sobre el Semestre Europeo para la coordinación de políticas económicas relativas al empleo en la Estrategia Anual de Crecimiento Sostenible 2021 y el informe sobre las políticas sociales y de empleo de la zona del euro en 2021. Estas aportaciones incorporan las desigualdades de género como eje central. Una perspectiva que siempre incluyo desde el Comité de igualdad de género y derechos de las mujeres. Por ejemplo, en la opinión sobre el Semestre Europeo en 2020.

Agenda social, verde y digital

Trabajo intensamente en los avances de la agenda europea social, verde y digital. El protagonismo indiscutible del inicio de la legislatura 2019-2024 ha sido el European Green Deal orientado a realizar la transición ecológica hacia una economía neutra en emisiones de carbono, condensado en el paquete legislativo del Fitfor55. He contribuido específicamente a este paquete como ponente de mi grupo de la opinión sobre una de las piezas clave para que la transición verde sea socialmente justa: el Fondo Social para el Clima.

Esta legislatura comenzó marcada con la salida del Reino Unido (Brexit). Consecuencia de un referéndum que apuntó a los errores cometidos por la UE en la gestión de la crisis del 2008 con la imposición de políticas de austeridad. Estas políticas jugaron en contra de los intereses y el bienestar de amplias capas de la población. Generando una ola de nacionalismos y movimientos de extrema derecha antidemocráticos y antieuropeos, instalados hoy en la Eurocámara y gobiernos de los Estados miembros. Como contra reacción y por la presión del grupo socialista, se aprobó el Pilar Social Europeo en 2017, que también debe desarrollarse en esta legislatura 2019-2024.

El contexto actual requiere más que nunca una estrecha colaboración en ámbitos en los que la cooperación es necesaria y claramente beneficiosa. Estoy especialmente ligada a las agendas digitales desde el Parlamento, además de participando en el Internet Governance Forum en el grupo de parlamentarios de la OCDE sobre Inteligencia Artificial, Chatham House, el Instituto de Inteligencia Artificial o el European Internet Forum.

En investigación, he impulsado la Agenda Global y la importancia de la diplomacia científica promoviendo y formando parte de delegaciones del Parlamento ante socios clave en el nuevo orden en el que estamos entrando, de globalización más regionalizada basada en acuerdos con socios preferentes, como EE.UU, Corea del Sur o Japón. También he participado en cursos sobre la nueva gobernanza geopolítica internacional en la Escuela de Gobernanza de la Universidad de Stanford.

La COVID-19: punto de inflexión

El aspecto que marca esta legislatura, ya que se produjo unos meses después de su inicio, fue el estallido de la pandemia mundial de COVID-19. La pandemia ha supuesto un gran reto político, la necesidad de trabajar con urgencia y valentía, pero sobre la base de una ciencia sólida. Nos ha demostrado la importancia de la cooperación y de invertir mucho y bien en ciencia e innovación. Además, ha permitido aflorar tendencias y dependencias que ya estaban presentes en nuestras economías, sociedades y en el contexto internacional.

Nuestras dependencias que se han evidenciado y la certeza de los vulnerables que somos frente a una alteración de las cadenas de valor internacionales en campos como el de la salud, el industrial, la energía o las materias primas críticas. De ahí que el concepto de autonomía estratégica abierta, que se ha vuelto más urgente si cabe tras la invasión rusa a Ucrania, haya sido uno de los giros más claros que se ha dado en la política europea e internacional.

La pandemia ha supuesto un punto de inflexión, ruptura o aceleración de procesos que venían dándose con anterioridad. Procesos que han cambiado sustancialmente la vida de las y los europeos, la competitividad de nuestros sectores y empresas, incluidas las pymes. Sobre estas cuestiones trabajamos desde el Comité especial en el Parlamento europeo, la Comisión Especial sobre la Pandemia de COVID-19: Enseñanzas Extraídas y Recomendaciones para el Futuro, del que formo parte.

Conocimiento, investigación, innovación

La COVID-19 nos ha convencido como sociedad de la importancia del conocimiento científico para mejorar el proceso de toma de decisiones políticas y en el diseño de políticas públicas. Por ello, trabajo en la elaboración de varios expedientes y también en el establecimiento de redes y el mantenimiento de instituciones claves para este objetivo. Entre los expedientes destacan los dos relativos al Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, tanto en la ley que lo regula como en su programa de trabajo para 2021-2027: la Agenda de Innovación Estratégica. Asimismo, trabajé en el informe sobre la implementación del Consejo Europeo de Innovación; y el informe sobre la promoción de la igualdad de género en la enseñanza y las carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM o STEM).

Mi compromiso con la promoción del conocimiento basado en la investigación y el fomento de la innovación en Europa me lleva a centrarme en la agenda europea de investigación e innovación, colaborando con distintos agentes. Formo parte del foro Knowledge for Innovation y trabajo especialmente con el objetivo de potenciar foros orientados a fortalecer el conocimiento científico de la información que llega a la ciudadanía y a los procesos legislativos y de toma de decisiones en el ámbito público y privado.

En este sentido, soy una activa integrante de STOA, el panel científico y tecnológico del Parlamento europeo. He propuesto y liderado los informes sobre temas que van desde la inteligencia artificial, la desinformación en la ciencia o la resistencia a los antibióticos. Además de participar en misiones oficiales del Parlamento: STS Forum, Japón; Mobile World Congress, Barcelona; y JRC Sevilla. El intenso trabajo que realizo con mi equipo en el panel científico actualizado queda reflejado aquí.

Nuestra autonomía estratégica

Nuestro mundo, mucho más digital desde la pandemia, nos hizo apretar el acelerador desde las instituciones europeas para prepararnos para esta transformación desde diversos ámbitos. En este sentido, he contribuido  directamente en la redacción de varios expedientes que van desde un diseño coherente de toda la transición digital (Opinión sobre la Propuesta «Itinerario hacia la Década Digital» para 2030), a los aspectos éticos (Opinión sobre el marco de los aspectos éticos de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas), al diseño del mercado digital (Opinión sobre el mercado único de servicios digitales y Opinión sobre la configuración del futuro digital de Europa), a la formación (Informe sobre la promoción de la igualdad de género en la enseñanza y las carreras STEM), o a la industrialización.

La Ley europea de Chips es especialmente central en mi trabajo. Soy la ponente del S&D de la propuesta de Reglamento del Consejo por el que se crea Empresa Común Chips en el marco de Horizonte Europa. Desde el inicio de la legislatura he estado involucrada realizando la opinión sobre una nueva estrategia industrial para Europa. También a través de la posición en forma de enmiendas sobre la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece el Programa InvestEU. Programa orientado a facilitar el acceso a la financiación de proyectos en el ámbito de las transiciones verde, digital o de salud.

La pandemia permitió en cambio, un avance en co-soberanía en distintos ámbitos que hasta ahora habían tenido una dimensión comunitaria limitada. Por ejemplo, los primeros pasos hacia una Unión europea por la salud, el embrión de un futuro seguro europeo de desempleo con el mecanismo SURE, o la dirección hacia una unión fiscal con la emisión por primera vez de deuda conjunta para poder financiar el gran escudo público frente a la pandemia y sus efectos que podemos resumir en los fondos NextGeneration EU. Unos fondos orientados a la recuperación de la pandemia y la crisis económica asociada a ésta y también a la transformación y resiliencia de nuestras economías, donde la igualdad se incluyó como un eje central en todos esos procesos.

Esta respuesta incluyó la suspensión -temporal- de las reglas fiscales de la UE que tanto habían limitado el gasto público, y social, de muchos países. En este sentido, participo en múltiples iniciativas y en la elaboración de textos legales e informes en el seno del parlamento. Ente ellos, a destacar los relacionados con el trabajo decente y la no discriminación en el empleo. Este es el caso de la opinión FEMM sobre la propuesta de Directiva del Parlamento europeo y del Consejo sobre unos salarios mínimos adecuados en la Unión Europea, además de la opinión sobre la aplicación de la Directiva del Consejo relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación, a la luz de la CNUDPD.

Trabajo por la inclusión de la transversalidad de género en el Parlamento Europeo, sin perder de vista su especial incidencia en la transición de cuidados y demográfica. Así, he sido ponente de la opinión sobre el envejecimiento del viejo continente: posibilidades y desafíos relacionados con la política de envejecimiento después de 2020 y de la opinión sobre las orientaciones para el presupuesto 2021 – Sección III.

Protagonismo de lo público

La COVID-19 nos hizo darnos cuenta que debíamos afrontarla con mayor unidad. Pero además abrió la puerta a un mayor protagonismo de que lo público va más allá de la regulación y orientación política. Un protagonismo que abarca inversión orientada a las transformaciones ecológica y digital. Se trata de una inversión basada en la ciencia y la innovación. El objetivo principal de esta financiación debe ser garantizar una gobernanza inclusiva de las mismas, el desarrollo de un escudo social, un esfuerzo en formación y cualificación –skills– de toda la población, y a una auténtica política industrial de innovación que nos permita recuperar una autonomía frente a posibles shocks y disrupciones de las cadenas globales de valor. Autonomía de la que la pandemia constató que carecíamos.

La invasión rusa de Ucrania no ha hecho más que acelerar la evidencia de nuestras dependencias. Entre ellas, la dependencia energética y, por tanto, la urgencia de seguir avanzando en el green deal y la apuesta por las energías renovables. Esto implica la transformación de nuestros sectores productivos hacia la eficiencia energética y las bajas emisiones en carbono. Además, ha acabado de demostrar que la globalización tal y como la habíamos conocido en estas últimas décadas ya no funcionaba, moviéndonos hacia una globalización más regionalizada.

En este nuevo escenario es necesario trabajar de manera estrecha con socios internacionales y garantizar el funcionamiento de los suministros y cadenas de valor/producciones globales. Son esenciales para nuestra autonomía estratégica, término que ha pasado a denominarse autonomía estratégica abierta para evitar cualquier connotación proteccionista. También es esencial trabajar por una mayor apuesta por los chips y asegurar el suministro de materias primas críticas para las transiciones gemelas. De este modo se evitará sustituir la dependencia energética por nuevas dependencias de materias primas clave. Se logrará, además, la armonización de la normativa y la investigación e innovación conjuntas, a través de un enfoque orientado a las misiones y una Agenda Europea de Investigación Global en respuesta a los retos mundiales.

En este sentido, mi pertenencia a STOA, así como ser miembro titular de la Delegación de Estados Unidos y como suplente de la Delegación para las Relaciones con los Países del Sudeste Asiático y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), redundan en esa apuesta por la cooperación, el conocimiento y la ciencia como ejes básicos de mi labor parlamentaria.

Cerrar los ejes de desigualdad

Por otro lado, existen grandes oportunidades de reindustrialización en ciudades y regiones europeas, como Andalucía, que debemos aprovechar. Las oportunidades surgen de la constatación de que el paradigma de la globalización neoliberal y la tremenda desigualdad y daños ecológicos que produce están agotados. A ello se une el proceso de desacoplamiento, especialmente entre EE.UU. y China, y las oportunidades de deslocalización que ofrecen las nuevas tecnologías de producción digital y aditiva. Y todo esto, teniendo en cuenta las ventajas y la escala del mercado único, pero sin dejar a ningún territorio y a ninguna persona detrás.

En la Unión se sobreponen distintos ejes de desigualdad. Para ello, toda la labor de forecast en la que estoy participando y promoviendo (como el realizado en este evento con STOA en colaboración con el Consejo y la Presidencia española de la UE o con el JRC) es esencial para prepararnos para un futuro que se acelera. Estoy realizando también un trabajo respecto a prospectiva y autonomía estratégica abierta, incluida la colaboración en la organización del acto de preparación del documento sobre autonomía estratégica abierta para la Presidencia española del Consejo.

En definitiva, lo que centra mi actividad parlamentaria es intentar que los profundos procesos de cambio, cargados de incertidumbre, y los distintos ejes de desigualdad existentes, no solo no se agranden, sino sobre todo tratar de cerrarlos. Eso, junto con mi compromiso profundamente democrático con la ciudadanía (un compromiso paritario e interseccional) y con el conocimiento, dan coherencia a la actividad que como parlamentaria he realizado y sigo realizando en esta legislatura en el Parlamento Europeo. Tanto dentro como fuera del Parlamento mantengo multitud de reuniones con asociaciones, empresas y organizaciones de las que se puede saber más en mi página web y en el propio sitio del Parlamento.

Desarrollo profesional y compromiso

Obviamente, este resumen de mi actividad parlamentaria no es independiente de mi desarrollo profesional previo como catedrática de Historia e Instituciones Económicas o Consejera de Conocimiento, Investigación y Universidad de la Junta de Andalucía. Ni de mi compromiso social y político con el feminismo y el socialismo y con el desarrollo de un pensamiento económico alternativo. El feminismo está presente en toda mi labor parlamentaria y extraparlamentaria. Sigo perteneciendo al GEPDO, a la red de estudios de género, o a la asociación internacional de Economía Feminista.

En la Delegación Socialista Española, soy vicesecretaria de la delegación. Igualmente soy la secretaria de Internacional y UE de la Federación Socialista Andaluza y fui la Co-Coordinadora de la ponencia de 40 congreso del PSOE. En el grupo de la Alianza progresista de socialistas y demócratas soy la responsable de la red de gender mainstreaming y colaboro frecuentemente con PES Woman.

Igualmente sigo formando parte de la Asociación Española de Historia Económica, de la Asociación de Economía Crítica y de la Junta Directiva de Economistas Frente a la Crisis. También formo parte de los consejos editoriales de varias revistas y mi compromiso social y político siempre me ha llevado a colaborar frecuentemente con medios de comunicación como una manera de socializar el conocimiento y contribuir a generar una opinión pública informada y progresista.

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