Ellos juegan a los soldaditos
Cuando pienso en Casado, Rivera y Abascal y en sus preparativos para la manifestación, me los imagino jugando irresponsablemente a los soldaditos
Hace unos años, en el curso de una investigación sobre la economía de la Guerra Civil, leí muchos testimonios de hombres que habían participado directamente en la contienda. En aquellos testimonios detecté algunos rasgos comunes, pero sin duda el que más me llamó la atención fue la ligereza con la que hablaban de un conflicto en el que muchos como ellos morían y en el que las mujeres eran violadas o quedaban viudas con criaturas a quienes tenían que sacar adelante sin poder acceder a los medios necesarios para ello. Era como si estuvieran jugando a los soldaditos, como si esa fantasía infantil de hombría en la que habían sido socializados como hombres tuviera para ellos más sentido que la aburrida y femenina paz.
Espero que no volvamos a vernos envueltos en un enfrentamiento civil. Pero cuando pienso en Casado, Rivera y Abascal –socializados en esa misma masculinidad tóxica que afortunadamente ya no comparten todos los hombres– y en sus preparativos para la manifestación de este domingo en Madrid, me los imagino así, jugando irresponsablemente a los soldaditos. Del mismo modo que imagino, en el rincón opuesto del patio de juegos, a Puigdemont y Torra jugando con sus propios soldaditos estelados y sin perder de vista el juego del otro grupo, a ver si de una vez pueden ponerse a jugar todos juntos, que seguro que es más divertido. Leer artículo completo en eldiario.es