Los socialistas señalan que los aranceles de Bruselas a las torres eólicas chinas «van en la buena dirección, pero no es suficiente para equilibrar el campo de juego»
Los eurodiputados socialistas Lina Gálvez, vicepresidenta de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, y Nicolás González Casares, miembro de la misma Comisión parlamentaria han valorado que los aranceles anunciados por la Comisión Europea a los proveedores de torres eólicas de acero chinas van en la buena dirección para hacer frente al dumping de los productores chinos. Sin embargo, han advertido de que las tasas para ese material, que oscilan entre un 9 y un 20%, deberían ser más altas: «No es sólo una cuestión de dumping, no podemos descarbonizar nuestro sistema energético con renovables basadas en productos con una altísima carga de emisiones. No se trata sólo de una situación de dumping comercial, se trata de equilibrar el campo de juego», ha declarado Nicolás González. Además, el objetivo este objetivo de descarbonización tiene que diseñarse sin perjudicar a las empresas europeas y españolas y evitando la destrucción de puestos de trabajo.
González Casares y Gálvez habían preguntado por esta cuestión hace meses al Ejecutivo comunitario. En la misiva indicaban la necesidad de proteger a los productores europeos y españoles frente al gigante asiático. Aunque el anuncio de la Comisión de imponer las tasas a los fabricantes chinos de torre de acero es un «paso adelante», lo cierto es que los fabricantes que manufacturan en la UE aún siguen en situación de desventaja».
Los socialistas han mostrado su preocupación por el cierre de plantas de producción de componentes eólicos en España y se deslocalicen cientos de puestos de trabajo como ha sucedido en Galicia o Navarra, por lo que “seguiremos insistiendo para que se controle aún más esta situación y se intensifique el control de algunas empresas europeas que se siguen surtiendo masivamente de estas torres de acero, mucho menos sostenible que el producido en la UE», han apuntado.
En este sentido, González Casares ha advertido de que «no habrá transición justa si productos producidos por debajo de coste y fabricados con energía que proviene mayoritariamente de la quema de carbón acaban siendo los utilizados en el desarrollo de la energía renovable». Para acometer una transición justa, ha añadido Gálvez, «es imprescindible que reglas del juego no perjudiquen a nuestras empresas, cumpliendo estándares ambientales más altos que nuestros socios comerciales, porque se puede estar fomentando indirectamente el rechazo social a una transición energética verde que necesitamos con urgencia», ha aseverado.