Solidaridad y unidad, claves ante el complejo reto de la migración en Europa «en un momento de inflexión histórica»
20minutos y la Universidad de Sevilla buscan respuestas a los desafíos de las migraciones en la Unión Europea en el marco de la Conferencia por el Futuro de Europa (CoFoE).
Los europeos han vivido en sus propias carnes la necesidad de buscar horizontes nuevos y seguros en tiempos difíciles. La Unión Europea se forjó, de hecho, como reacción a las guerras devastadoras que llenaron el continente de refugiados camino a países y continentes que no eran los suyos. Siendo así, el debate sobre la acogida de migrantes ha estado siempre vivo en el seno de los Veintisiete, aunque no ha sido ni es fácil alcanzar consensos.
Este evento, que cuenta con la financiación de la UE y en el que participaron activamente estudiantes de la Facultad de Comunicación, estuvo muy marcado por los desafíos que vive y vivirá el continente ante la ola de refugiados que huyen de la guerra de Ucrania, que, en apenas una semana, ha traído a casi un millón de desplazados. Una situación en la que Europa se mira ante el espejo de su actuación en el conflicto de Siria, sin olvidar la presión migratoria constante desde África, en la que España juega un papel relevante.
“Estas cuestiones están más de actualidad que nunca por Ucrania, pero nunca dejan de estarlo aunque no copen los titulares en los medios”, recordó Melisa Tuya, redactora jefe de 20minutos, que moderó el evento, al que asistieron Lina Gálvez, europarlamentaria del PSOE; Sonia Díaz, responsable de Oxfam Intermón Andalucía; los profesores de la Universidad de Sevilla Rosalba Mancinas y Juan Carlos Fernández; y Enrique González, socio del Equipo Europa en Andalucía.
La europarlamentaria Lina Gálvez recordó que las decisiones sobre migración, como en el caso de las demás, no vienen dadas a los ciudadanos de Europa desde las instituciones sino que la participación ciudadana, con su voto y a través de otros mecanismos de actuación, es fundamental: “Decimos Europa como si fuera algo ajeno, pero no lo es”. En ese sentido, mantuvo que el enfoque de la UE ante la acogida requiere de un “equilibrio de fuerzas, que es la que hace una agenda más o menos progresista, más o menos humana”.
Para Gálvez, la política de asilo ha “fracasado” en el caso de la guerra de Siria y la crisis migratoria del Mediterráneo. “Los primeros mecanismo de auxilio allí se perdieron por un voto”, señala y culpa al auge de movimientos nacionalistas y antieuropeos con voz y voto en la propia Bruselas.
Sin embargo, a pesar de lo dramático de la situación respecto a Ucrania, Gálvez cree que se abre una nueva oportunidad para la acogida de una masa de refugiados que se estima de entre 1 y 5 millones de personas: “Estamos en un momento de inflexión histórica y esperemos que las cosas cambien en la buena dirección”. Europa ha activado rápido los mecanismos de asilo temporal amparados por una directiva de 2001 que se aplica ahora por primera vez. “Hay que entender que los ucranianos son personas como lo eran los sirios”, añadió Gálvez.
«Estamos en un momento de inflexión histórica y esperemos que las cosas cambien en la buena dirección»
La cercanía con Europa ha cambiado la sensibilidad hacia estos desplazados. Sonia Díaz, de Oxfam Intermón, celebra que se adopten medidas diferentes ante esta emergencia, pero espera que, en adelante, “no sea solo a esta población para no caer en la discriminación y la selección de unas personas sobre otras”. La activista lamentó el concepto de “fortaleza” que ha cundido en los últimos años en Europa y la “externalización” de la migración y el control de fronteras, un asunto que atañe en especial a España por su cercanía a África y los flujos migratorios del continente. “No hay que profundizar en ese modelo de externalización. Europa lleva años desplazando cuanto más lejos mejor los mecanismos de frontera, sin preocuparse por los derechos humanos”.
Para Oxfam, se deben establecer cuotas obligatorias y no voluntarias de acogida de migrantes en todos los casos, no dejar esta cuestión “al albur de la política” y las correlaciones de fuerzas y distintas sensibilidades nacionales en cada momento. La solidaridad debe extenderse de manera proporcional a la población y capacidad de cada país.
Por su parte, Enrique González trajo una serie de propuestas de Equipo Europa, una asociación juvenil europeísta que busca añadir voces desde la sociedad civil. Entre estas propuestas, se encuentran la implementación de un “pasaporte humanitario para solicitantes de asilo”, algo que ya se planteó en el pacto migratorio de la UE. “Es fundamental que Europa actúe como un ente único en este asunto”, señaló. Asimismo, denunció que se recurra a terceros estados “para que soporten la presión migratoria”.
La lucha contra las mafias y el tráfico de personas en los países de tránsito es uno de los problemas que identifica Equipo Europa, que cree en la necesidad de abrir “corredores humanitarios terrestres y marítimos para la llegada sanos y salvos de esas personas”.
La cobertura mediática de los conflictos migratorios y bélicos que originan desplazados es otro de los puntales de concienciación. Rosalba Mancinas, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla insistió en que “una cosa es la migración y otra la percepción que se tiene de ella, y ahí es donde entran los periodistas. La narrativa de medios de comunicación es fundamental para entender la complejidad de estos procesos, y a menudo la profesión dice una cosa y la academia, otra”. Para Mancinas, se da más frecuentemente de los deseado “un tratamiento descontextualizado, que abunda en estereotipos, con ausencia de voz de los migrantes”.
En ese sentido, junto al también profesor Juan Carlos Fernández, lanzó una propuesta sobre tres ejes: que Europa destine una línea especifica de investigación en comunicación para buscar mejoras en la cobertura de esta problemática; el apoyo a proyectos periodísticos para que se aborden con recursos suficientes, ya que su falta condiciona y merma una cobertura escrupulosa; y la creación de observatorio europeo sobre migración y su representación mediática.
“El problema es que habitualmente el enfoque es el propio del periodismo de sucesos”, añadió Fernández. “Los migrantes aparecen en prensa cuando hay un problema, un crimen o cuando hay un triunfo deportivo; no tenemos referencia cotidiana, como si las comunidades migrantes no existieran. Tenemos que reflejar el pluralismo cultural, porque la principal arma para evitar la xenofobia es el conocimiento del otro y si aparecen solo como objeto o suceso de un hecho lamentable se genera un frame cognitivo en el que se percibe como amenaza o anomalía”.
«Tenemos que reflejar el pluralismo cultural, la principal arma para evitar la xenofobia es el conocimiento del otro»
Lina Gálvez: «En las crisis migratorias la violencia se ceba con la mujer»
Desde su posición en el Parlamento Europeo, en nombre del PSOE, Lina Gálvez cree que «las personas deben estar por encima de cualquier cosa», pero lamenta que «no haya mayorías suficientes en instituciones y gobiernos que permitan esa mirada humana que defendemos desde la socialdemocracia».
Aunque las migraciones son fenómenos «muy complejos, que hay que observar sin ser naif, pero informando bien a la población y debatiendo», no duda en que Europa se equivocó en la crisis de los refugiados de 2015. El escenario actual en Ucrania abre una nueva vía para estar a la altura, opina.
A nivel general, Gálvez considera que hay que atender a la población femenina de migrantes teniendo en cuenta que cuentan con menos recursos y están expuestas a violencia sexual: «Hemos visto en muchas crisis migratorias como la violencia sexual o la trata se ha cebado con ellas. En Ucrania está el caso de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres a través de los vientres de alquiler. A ver si gracias a esto sale a flote esa explotación».
«Europa está ante la posibilidad de marcar un hito en la acogida y asilo», opina la responsable de Oxfam Intermón en Andalucía en relación a Ucrania, pero advierte que «la tendencia de los últimos años no augura nada bueno». Díaz lamenta la «criminalización» de los migrantes y que la acogida se haya «externalizado» en lugar de vehicular solidariamente las políticas en toda Europa.
La frontera de Europa en España es un punto caliente. Desde la II Guerra Mundial, recuerda, el continente se ha abierto a la multiculturalidad, algo que se ha ido perdiendo. El Pacto europeo de coordinación y asilo de 2020, considera, debe servir de base para extender garantías y no recurrir a una «Europa fortaleza». «Esa es la oportunidad de enmarcar el futuro de Europa, que no puede ser de otra manera que no sea inclusivo; los desplazamientos no van a dejar de producirse, lo que tenemos que elegir cómo queremos gestionar estos desplazamientos de personas».
Como profesora de periodismo de la Universidad de Sevilla, Rosalba Mancinas, considera que el tratamiento informativo es «fundamental, uno de los elementos transversales, pero hay deficiencias en las cobertura periodística de migración; a veces no se acude a fuentes primarias, y hay imágenes estereotipadas».
Mancina defiende la convocatoria de proyectos y financiación de investigaciones para «abordar esta problemática y encontrar soluciones y alternativas», venciendo los condicionantes de la profesión.
Enrique González: «Europa debe responder a la cogobernanza multinivel»
Los integrantes de la asociación juvenil Equipo Europa buscan, desde la sociedad civil, respuestas a los retos que se plantean en el continente. Para Enrique González, la migración es uno de los más importantes, más aún en el caso de España, que «debe tener un papel importante como país que tiene experiencia en migración y que tiene que elevar demandas para una respuesta cohesiva», ya que el Mediterráneo es uno de los puntos estratégicos.
«Europa tiene que actualizarse y responder a las diferentes voluntades y a la complejidad de la gobernanza multinivel, desde Bruselas, los estados y las regiones», opina.
Juan Carlos Fernández: «Detrás de las cifras hay seres humanos»
Profesor de Códigos y Valores de la Profesión periodística, Juan Carlos Fernández, entiende que, más allá de las líneas deontológicas que deben guiar a la profesión en todo momento, situaciones de crisis humanitaria como las de Ucrania obligan a los periodistas «a una investigación en la verdad de lo que está ocurriendo, del drama humano que se produce. No hay que convertir a los seres humanos en cifras, ni en imágenes depauperadas. Detrás de las cifras hay vida, que es lo que debe contar un periódico».
El sensacionalismo y el dramatismo «barato» no han de ocupar la cobertura mediática en casos de conflicto ni en las oleadas de migrantes que se producen a las puertas de Europa, considera Fernández.