Las universidades catalanas y la huelga sin penalizaciones

Ha sido efectivamente la amenaza o miedo a los piquetes lo que ha conducido a que cuatro de las siete universidades públicas catalanas decidieran la semana pasada acceder a la demanda de parte del alumnado de cambiar el sistema de evaluación

La finalidad de esta medida era disuadir a los sindicatos de estudiantes de bloquear la actividad académica y permitir que el derecho a la huelga de unos se pudiese armonizar con el derecho a la educación de otros

La sentencia del Procés ha causado una masiva protesta social, con especial protagonismo de la gente joven, muchos de ellos universitarios, que no sólo han protagonizado actos de protesta en las calles de las capitales catalanas, sus estaciones, sus aeropuertos y sus carreteras, sino que también han llevado esas acciones a sus campus.

De hecho, desde el martes 29 de octubre, una parte del alumnado de las universidades catalanas secunda una huelga estudiantil indefinida convocada por el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) y la Associació d’Estudiants Progresssistes (AEP). En los campus la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y en el Campus de Manresa de la Universitá Politècnica de Catalynya (UPC) la huelga se ha estrenado con piquetes. La situación del Campus de la Ciutadella de la UPF con mobiliario de los aularios apilado en la puerta para impedir la entrada al alumnado y profesorado que quería asistir y dar las clases respectivamente ha arrojado momentos de gran tensión y la recomendación por parte del rectorado de «no asistir por seguridad».  Leer artículo completo en eldiario.es